El reconocido arqueólogo Nicholas Reeves, de la Universidad de Arizona, afirma haber encontrado en la tumba de Tutankamón una cámara secreta, en la que estarían nada menos que los restos perdidos de Nefertiti, la madre del niño faraón y reina de la región. Al observar atentamente una serie de fotografías en alta resolución del interior de la tumba, Reeves detectó una pared con una serie de fisuras y grietas que podrían corresponderse con una tapia que cierra un pasadizo que da acceso a otra sala.
Esta aparente falsa pared muestra una serie de dibujos religiosos como los que solían utilizarse para proteger el cuerpo de un fallecido; estos datos, sumados a la cercanía con importantes personalidades políticas de su época, animaron al arqueólogo a elaborar su hipótesis, que develaría uno de los misterios más arraigados del Antiguo Egipto. Esta teoría explicaría, además, por qué la tumba de Tutankamón es apenas más grande que la antesala que da acceso a ella: el lugar habría sido construido para la reina y posteriormente aprovechado para custodiar el cuerpo del hijo. “Al ponerlo todo junto parece que todo encaja. Si me equivoco, me equivoco, pero es potencialmente el mayor descubrimiento arqueológico que se ha hecho sobre el Antiguo Egipto”
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